Juan David
[email protected]ía una vez un rincón apartado del mundo, donde el crepúsculo se entrelaza con las sombras y los susurros del pantano, vivía un joven granjero de corazón valiente llamado William Noy. Su vida transcurría entre los campos dorados y los cielos azules, pero una noche, bajo el manto de estrellas centelleantes, William se aventuró más allá de lo conocido.Con la luna llena como su única guía, se dirigió a la taberna del pueblo para adquirir la bebida que...