En el programa anterior os narré su azaroso viaje hacia la India después de servir en Flandes y lo dejé justo cuando iban a cruzar el extremo sur de África. Allí relata Toral un terrible episodio donde una de las naos de la pequeña armada se ve en peligro de irse a pique y pidiendo auxilio al barco del Virrey, este los abandona a su suerte para no correr el riesgo de naufragar con el sobrepeso de la tripulación y pasaje. Cuatrocientos hombres a quien nadie pudo socorrer y que desde los otros barcos vieron alejarse camino de la muerte. En Goa se dedica a la inspección de las fortalezas portuguesas de la costa y realiza una visita a un ermitaño que vive en una isla, y es tanta su impresión que desea quedarse allí con él, a lo que se niega el eremita y no obtiene de él más que un breve discurso en el que destaca algunas palabras.