Ninguna música ha fascinado jamás a gente tan extremadamente diferente. Mostramos la influencia de la Quinta de Beethoven en la Primera de Brahms, el Réquiem de Brahms, la Quinta de Mahler, la Sonata Concord de Ives, e incluso en el violonista rockero Patt Garrett. Analizamos la Sonata Kreutzer y la capacidad de Beethoven de cambiar el destino de una música invirtiendo un semitono (lo relacionamos con el semitono de los suspiros por Dulcinea en el Quijote de Telemann). La "llamada del Destino" ya había viajado por el mundo antes de encontrar a Beethoven: Fuga en Re mayor de Bach, Sinfonía 96 de Haydn, Concierto 25 de Mozart, Sonata opus 34:2 de Clementi... hasta que una oropéndola del Prater le revela a Beethoven ese Destino: Sonata a cuatro manos opus 6, Sonata Appassionata, y finalmente en nuestra Quinta Sinfonía. Lo de la oropéndola Beethoven nos lo manifiesta en el Scherzo. Y explicamos la idea de Vargas Llosa: el "salto cualitativo", el "cataclismo ontológico", para explicar el milagro del Finale. ¡¡Beethoven convirtiendo la tragedia en himno gloriosol!! ¡¡La sombra inexorable en triunfo de la mañanal!! Felices inversiones del Destino, queridos-as...