Marco descubre que Antonio es novio de Corina, y le da a ella un ultimátum: Antonio o la terapia. Para colmo, la casa está infestada de ratones.

Amanda, llena de culpa por sus infidelidades y con la autoestima por los suelos, le pide el divorcio a su marido, que no reacciona como ella preveía.

Marco, Antonio y Julio extrañan a Eladia y van a su casa a convencerla de regresar con ellos. Allí cada uno crece, y descubren la doble vida de Eladia.

La madre de Antonio llega de NY para llevárselo. Antonio quiere quedarse, pero necesita que Marco exprese sus sentimientos. Y eso no es fácil.

Asia se pierde en la ciudad. Rogelio descubre cuánto quiere y necesita a su hija, pero entiende que ella lo acepta como es, con sus debilidades.

María dice sentirse liberada por haberse alejado a quienes la han querido. Las ataduras son pesadas, pero también nos sostienen y nos arropan.

Álvaro se siente traicionado: su madre ya no lo necesita y pronto se irá. Celos y angustia se mezclan, pero descubre que nada es como él cree.

Antonio y Corina se encuentran en la ópera y se reconcilian por fin. Están a punto de tener su primer experiencia sexual

Las sillas cambiaron. Todos deducen que alguien explotó, y evocan sus propias explosiones, el daño que causaron y el alivio que viene tras el huracán.

María anuncia que su novio la terminó, confiesa ser cleptómana, acepta que les ha robado. Marco descubre que le robó

Amanda llega con el rostro hinchado por una ¿restiradita¿, todos se burlan, ella sale del consultorio; Julio la consuela

Corina llega furiosa a la sesión, se enojó con su madre por un comentario que hizo sobre su padre; termina con Antonio