Cualquier cosa que pidas para ti mismo, también lo pides en beneficio de todos. Cuando creas una realidad donde vives en paz, alegría y donde existe el amor incondicional, esto se convierte en una posibilidad para todos. Pedir para ti mismo no es egoísta ni limitante, pues crea una posibilidad energética para que todos experimenten la vida de esta manera. Cada cosa que pides crea una vibración que resuena a través del Universo, expandiendo esa energía y creando aberturas cada vez más grandes para que eso se convierta en parte de la impronta energética de la Tierra. Cada oración que rezas, cada deseo que pides, tiene un efecto exponencial en todos, en todas partes. Todos están conectados y son parte de la familia humana, así que lo que afecta a uno le afecta a todos. (...) (...) Cuando recuerdas que toda la humanidad se beneficia de tu habilidad para crear milagros, asumir tu poder y avanzar en tu viaje espiritual, incrementas estas energías exponencialmente y propagas lo bueno que creas en tu vida para todos, en todas partes. Si has sentido que no debes pedir milagros porque no lo mereces o que no debes pedir más que lo que tienes, has de saber que estás creando estos milagros para ti y para todos. Es hora de que cada uno asuma su patrimonio divino, que es una vida milagrosa, asumas tu maestría, donde todo lo que necesitas fluye sin esfuerzo hacia ti. Acepta este don y tu poder, adóptalo y utilízalo todos los días, sabiendo que al hacerlo, lo haces por el bien de todos. Mensaje del Arcángel Uriel canalizado por Jennifer Hoffman www.urielheals.com. Traducción: Margarita López