Una intro muy particular para un capítulo que es casi un trabalenguas. Con esto completamos los doce acordes mayores con séptima menor que funcionan como dominantes en la armonía tonal.

Expandimos la armonía tonal con acordes no diatónicos de función dominante (y algunos otros de función subdominante) y conocemos primero a los disminuidos de paso - los séptimos de - y los dominantes secundarios - los quintos de - y algunos posibles escoltas subdominantes.

Tonalidad menor: las cinco escalas que utiliza, los acordes que produce, las funciones armónicas de esos acordes y la diferencia fundamental entre esta tonalidad y la tonalidad mayor.

Asomamos la cabeza por fuera de la armonía tonal y lo primero que encontramos son cadencias inconclusas, modulaciones y composiciones con un solo acorde. Entonces vemos algunos ejemplos y doy una explicación sobre cada punto, antes de adentrarnos en los disminuidos de paso, los dominantes secundarios, los sustitutos tritonales y los intercambios modales.

El tema de las funciones armónicas tonales, y las cadencias que surgen de alternarlas, es sin dudas central para estudiar y entender cualquier obra musical compuesta en occidente en los últimos siglos y en tiempo presente.

Los acordes diatónicos de la escala mayor son el inicio del campo armónico de la tonalidad y los generadores de las funciones armónicas tonales. ¿Qué significa eso?

Un capítulo para ir introduciéndonos en el análisis armónico de las funciones tonales no puede no comenzar con las funciones melódicas. 

En el debate sobre el patrón de afinación se plantean ciertos argumentos en favor de los 432Hz y en contra del estandarizado patrón de 440Hz. En este capítulo decidí revisar siete de los argumentos más esgrimidos para intentar separar el trigo de la paja: 1. Un La de 432Hz produce más armónicos que un La afinado en 440Hz. 2. En la afinación de La 432Hz obtenemos un Do cuya frecuencia es un número entero. 3. 432Hz era la afinación antigua y natural, hasta que Joseph Goebbels impuso la norma...

Aquello que separa a la polifonía, a la armonía tonal, a la armonía modal, a la armonía atonal y a la armonía negativa tiene la misma naturaleza que lo que nos permite comenzar a hacer música en primer lugar (o cualquier otro arte). Por ese motivo, analizo el concepto de Regla, como el conjunto de límites que definen y dan forma a nuestra obra, así como a la manera en que jugamos en el arte.

Construimos los acordes sucediendo terceras, y así comprendemos cómo es que podemos extender las tríadas para formar tétradas, péntadas, héxadas, héptadas. Aprendemos a agregarle a las tríadas cualesquiera de entre diez alteraciones (o tensiones, o extensiones) que enumero en este capítulo. Diez... ¿O son once?

Comenzamos a construir, mediante el uso de intervalos, los acordes de la armonía moderna. Así es que los primeros acordes a estudiar son las tríadas, pero sentaremos las bases para construir acordes más complejos también. 

Considero que la armonía es el producto artístico más importante y valioso de nuestra cultura occidental.  En este capítulo me dispongo a contar - de manera resumida - los orígenes de su desarrollo, su conexión con la escritura y la arquitectura, culminando con la enumeración de las cinco formas en que solemos encontrarla hoy en día: la polifonía, la armonía tonal, la armonía modal, la armonía atonal y la armonía negativa. 

Este es un capítulo muy esperando, en donde planteo algunos ejercicios para estudiar los intervalos ascendentes y después propongo ocho ejemplos de melodías conocidas para aprender a reconocer cada uno de los intervalos. 

En este capítulo describo 7 (y más) ejercicios para ir entrenando el oído, y propongo 8 ejemplos con melodías conocidas para reconocer cada uno de los intervalos cromáticos ascendentes hasta la octava inclusive. Este capítulo fue rehecho debido a que Universal Music Group reclamó derechos de Copyright, por lo que en esta edición utilicé los mismos ejemplos pero sin utilizar las grabaciones originales (toco cada ejemplo en el piano).

El intervalo es la semilla de donde ha surgido toda nuestra música melódica y armónica. Y hay dos maneras en las que solemos estudiarlos, pero yo adhiero sólo a una de ellas. 

La música combina notas, ruidos y silencios. Las notas nos sirven para formar dos de los tres pilares de la música: Melodía y Armonía, por lo que nos será útil conocer cómo se relacionan, cómo interactúan las notas entre sí. Es aquí en donde comienza nuestro estudio de los intervalos musicales; el semillero de toda nuestra historia musical y el germen de donde brotarán los acordes y las escalas. 

Las doce notas con las que hacemos música tienen unos nombres bastante peculiares; algunos con historias muy interesantes: Do (o Ut), Re, Mi, Fa, Sol, La y Si, junto a los sostenidos # y bemoles b. Separan a esas notas los semitonos; nuestra primer unidad de medida a considerar. Este es un capítulo diseñado para introducirnos en el mundo de los intervalos y las escalas. 

Este no es un típico capítulo de teoría musical. Tampoco es un capítulo fácil de escuchar. Pero definitivamente es uno de los más interesantes.  Qué tan viejas son nuestras notas y escalas. Qué relación guardan con los siete días de la semana, con los doce meses del año, con las veinticuatro horas del día, con el cálculo, con los planetas y las constelaciones, con la filosofía, la moral y la religión, y con toda nuestra cultura occidental. Hablemos de cómo nació nuestra historia...

El sonido es la materia prima de este arte al que llamamos Música. Por eso es fundamental entender sus características ya sea que resulte en una nota o en un ruido.

La música es "el arte de combinar los sonidos", y la forma más elemental de combinar sonidos es sobre el lienzo del tiempo. Le damos así un corazón a nuestra obra. 

Cuando escuchamos o estudiamos, descubrimos que hay dos grandes océanos de música: la "clásica" y la popular. Pero... ¿Sabemos cuál es LA diferencia entre ambas?

"Sin música la vida sería un error" (F. Nietzsche) ¿Es la música el arte más importante?