Un alma en Cristo https://unalmaencristo.my.canva.site/redessociales 🎧 Audio 51 📕 Libro II Un alma en Cristo 2 de enero de 1990 𝕌𝕟 𝕔𝕒𝕡𝕦𝕝𝕝𝕠 𝕕𝕖 𝕣𝕠𝕤𝕒 En mi habitación. Estaba observando un capullo de rosa que tenía puesto en el altarcito. Hacía ya más de quince días que estaba en agua. Se había abierto un poco y todavía está muy fresco. Esto lo he estado observando creo que en las últimas tres navidades. Le he preguntado al Señor por qué dura tanto tiempo la última rosa que hay en mi patio. Él me contesta: «Para que creas en mi presencia aquí, en esta imagen; en tu casa y en ti» 4 de enero de 1990𝕄𝕒𝕣𝕥𝕒 𝕪 𝕄𝕒𝕣í𝕒 En mi habitación. Yo le decía al Señor, refiriéndome a N. y N.: No entiendo nada. Ellas han escogido, como María de Betania, la parte mejor: la de escucharte, porque ellas te adoran en el sagrario. Yo todavía no entiendo porque le reñiste a Marta. Si ella hubiera actuado igual que su hermana, nadie hubiera hecho el trabajo en aquella casa. Hija mía, te lo explicaré. En casa de Lázaro yo me sentía muy bien. Lázaro era humilde, generoso, noble de corazón y honrado. Me amaba entrañablemente y Yo a él. Por eso lloré cuando murió. Lo resucité para mostrar mi amor por él y para poner de manifiesto mi divinidad.Marta era nerviosa, activa, lista y trabajadora. Me amaba mucho y su afán era cuidar todos los detalles para que Yo me sintiera bien.María era calmada, dulce y sensible. Le gustaba escucharme, mirarme y no dudaba en sentarse lo más cerca de Mí; casi siempre a mis pies, para poder así escucharme mejor. Yo no reñí a Marta. Sabía lo que estaba haciendo. Sólo fue una advertencia, cuando ella llamó mi atención hacia la actitud de María. Le dije que María había escogido la mejor parte. Quise decir que si María hubiese hecho lo mismo que ella, queriendo atenderme mejor, Yo hubiese estado solo; ciertamente mejor atendido en los detalles materiales, pero más solo en el amor; aunque las dos me amaban entrañablemente. Tus amigas, N y N, no han entendido lo que quiero de ellas. Me ofrecen su amor en el sagrario, y Yo lo acojo con inmenso amor. Pero no entienden que el amor no es sólo sentarse en mi presencia. Es descubrir lo que quiere el amado de ellas y, sin titubear, hacerlo lo mejor que se pueda.Tú no te compares a nadie; haz mi Voluntad con la ayuda de tu Padre espiritual y nada más. No sufras, hija mía. Te amo. Grupo María Auxiliadora (1990). Un alma en Cristo Libro II