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Un alma en Cristo https://unalmaencristo.my.canva.site/redessociales
🎧 Audio 48
📕 Libro II Un alma en Cristo
17 de diciembre de 1989
𝕃𝕒 𝕤𝕒𝕟𝕥𝕒 𝕠𝕓𝕖𝕕𝕚𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒
Estoy haciendo oración en mi habitación y hablando al Señor de mi encuentro de esta mañana, cuando he ido a Misa. Tengo una amiga que es vidente. Yo respeto a cada uno por lo que es. Pienso que el Señor ha hecho conmigo lo que ha hecho y que yo no soy nadie para juzgar lo que él hace con los demás. Sé que esa amiga es buena persona. Siempre que nos encontramos, hablamos cada una de lo nuestro. Hoy me ha acompañado hasta mi casa y la he invitado a tomar café. Me ha pedido ser del Grupo de María Auxiliadora. Yo le digo que si se hace del Grupo, lo suyo, en el Grupo, no lo podrá practicar; ni siquiera hablar de ello. Yo respeto todo lo suyo, pero si ella hablaba de esas cosas en el Grupo, yo corría el riesgo de quedarme sin nadie. Es más, debería obedecerme. Le he dicho a ella que lo pregunte a quien la dirige y yo haré igual.Seguiré lo que me diga mi consejero espiritual, pues todo lo mío lo medita y lo dirige él. Yo, hace años, que me he acogido a la santa obediencia.
En el Grupo hay personas que sólo saben ver a Dios en el Sagrario y no aceptan nada más; no quieren ir a las clases que nos dan desde la organización diocesana.
Mi bien amada criatura, M es buena y le mueve un amor hacia mí totalmente desinteresado. Su vida está plagada de obstáculos familiares, los cuales ella tiene que vencer por amor hacia Mí. Si ella quiere, debes acogerla en el Grupo, pero eso sí, obedeciendo en cada momento las normas del Grupo de María Auxiliadora y obedeciéndote a ti. Lo suyo debe practicarlo fuera totalmente del Grupo, pues, como tú bien dices, sus miembros no lo entenderían y el Grupo correría el peligro de desaparecer. Ella debe acogerse a dichas normas totalmente y no hablar de lo suyo a nadie del Grupo, excepto a ti, que la conoces.Hija mía, el Grupo de María Auxiliadora ha nacido libremente, de la nada, como todo lo de Dios. Decir «de la nada» no es correcto: ha nacido por Voluntad del Señor. Pero quiero significar lo que humanamente se entiende cuando se dice «de la nada». Porque, si lo observas, no es de ninguna parroquia, ni ha sido de ninguna orden religiosa: es totalmente seglar y libre. Por ello debe mantenerse así, sin intervenciones de corrientes de ninguna clase. Las ideas personales de los componentes del Grupo, deberán mantenerse fuera de él: sólo deben regir las normas, mis normas, aplicadas por ti. Y tú, antes de actuar, deberás pedirme que Yo te dirija, y, después, lo que Yo te haya dicho lo analizará tu Director, al cual obedecerás, como tú dices, acogida a la santa obediencia. Piensa, hija mía, que el equilibrio que tú tanto me pides, lo tendrás en tu Padre espiritual
Debes seguir yendo a las clases. También puedes ir a los retiros de Lumen Dei. Son dos posturas diferentes, extremas: su equilibrio, para ti, te lo dará tu Director. Escucha a uno y a otro, y sacarás tu verdadero equilibrio. Los unos sólo me ven en el Sagrario; el otro corre el peligro de no verme en el Sacramento del altar. No es que no me vea, pues él tiene claro que estoy, pero, al explicarlo, pierde la forma y el que lo oye puede tergiversar las palabras y llegar a la conclusión de que Yo desaparezco para estar sólo en el hombre enfermo, y no en el Sagrario.
El hombre, hija mía, debe primero adorarme en el Sacramento del altar y después disponerse a verme en los más pobres, en los más necesitados; predicarme a todos los corazones, llevar mi caridad, sin pedir nada a cambio, a creyentes y no creyentes. Yo prediqué a la multitud y en ella había gente de todas las ideas. El cristiano debe serme fiel, pero con una gran caridad, una gran misericordia. No debe juzgar; sólo Yo juzgo y veo los corazones y sé el porqué de l