La historia continúa relatando la adolescencia de Tchaikovsky dentro de la escuela preparatoria y la composición del vals dedicada a su madre, así como sus estudios para ser abogado ... ¿Decidirá Pit estudiar música por sobre una carrera que asegure su futuro?

A medida que los años pasan, vamos viendo como Pit estudia para ser abogado y luego trabaja en el Ministerio de Justicia. Los días transcurren en un trabajo de oficina pero de repente una gran noticia llega a sus oídos...

Abre un nuevo conservatorio de música en San Petersburgo, dirigido por Antón Rubinstein y Pit decide estudiar música allí mientras de día sigue trabajando en una oficina. Finalmente a los 23 años elige dedicarse por completo a la música, conoce a la soprano Désirée Artôt y decide irse a vivir a Moscú.

Pit vive en Moscú, da clases de armonía en el conservatorio y se dedica de lleno a componer mucha música, incluída la Obertura Romeo y Julieta. Pronto tendrá noticias de una oyente muy especial....

Pit recibe una carta de Nadezhda von Meck, quien se convertiría en su mecenas durante catorce años y con quien mantuvo un intercambio sólo por carta, ya que nunca se vieron en persona. Pit la admiraba y le dedicó su Sinfonía N°4 en fa menor.

A sus 33 años Pit compone su primer ballet: El lago de los cisnes, que no es muy bien recibido por público y crítica, pero no se desanima y emprende un viaje por toda Europa. Comienza a crecer su fama y compone la Sinfonía N°2 y la N°3 y el Concierto para piano y orquesta n°1.

Luego de recorrer varios países, Pit decide volver a Rusia y compone la Obertura 1812 que incluye cañones y campanas. Además retorna al cuento de su infancia y crea su segundo ballet: La bella durmiente.

Pit realiza una gira por Estados Unidos y ya casi al final de su vida compone la Sinfonía N°6 en Si menor, Patética que puede entenderse como una biografía y es también una ventana hacía su universo fantástico.

El final de la historia incluye su tercer ballet: El Cascanueces con todas las danzas del segundo acto: la danza del Hada de Azúcar, el Trepak o danza rusa, la danza árabe, la danza china, la danza de los mirlitones y el famosísimo vals de las flores. Así cierra este audiocuento con Piotr Illich Tchaikovsky como el mayor representante ruso de la música clásica.