El Evangelio es un bien que necesita difundirse, es la victoria del Amor que nadie ni nada va a detener.

La vida misionera es esencial en la Iglesia, la misión no es un adorno en la vida eclesial. La Iglesia no puede poseer el fuego si no lo comparte y no puede ser paso del Espíritu si no se vuelve misionera.

FIESTA DE SAN MARCOS, EVANGELISTA Los Evangelios nos cuentan de modo definitivo quién es Jesucristo y para aceptarlo como Nuestro Señor necesitamos tomar la palabra del Evangelio. Los estudios sobre los Escritos Sagrados no nos dan la fe definitiva. http://traffic.libsyn.com/fraynelson/20240425.mp3

El Espíritu Santo es Señor; Señor que nos elige, Señor que nos prepara, Señor que nos envía y Señor que nos acompaña en la misión para que haya fruto y fruto que perdure.

¿Como cristiano te has preguntado si has captado el llamado universal que está en el corazón de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Has descubierto cuál es la especificidad de ser cristiano?

Los principios morales que están en la Ley de Moisés tienen un valor permanente; lo ritual como la práctica de los alimentos tiene un valor temporal en función de lo que se iba a revelar, es decir de la Nueva Alianza.

DOMINGO IV DE PASCUA, CICLO B Amar y obedecer es amar sin escoger; es decir amar a Dios y no amar lo que yo escojo de Él.

Donde hay fidelidad la Iglesia florece; donde hay infidelidad negando el Evangelio la Iglesia declina.

La persona que tiene una conversión muy profunda tiene una gran conciencia de las garras del pecado, del error y de satanás y aprende a amar inmensamente las manos blandas y amorosas de Papá Dios.

La verdadera inclusión supone misioneros, predicación, aceptación del Nombre de Cristo, acogida de la gracia, una auténtica conversión y una vivencia de los sacramentos.

El cristiano por inocente va a ser odiado y cuando es odiado es expulsado lo que lo lleva a la misión. El odio al pretender dispersarnos lo único que hace es extender el incendio del amor de Dios a otros lugares.

¿Estamos en sintonía con Dios? ¿Sabemos conectar con el Señor? ¿Somos dóciles a su Palabra? ¿Recibimos a Jesucristo, acogemos el don de su Espíritu?

La Iglesia necesita santidad, testimonio de personas santas. El cristiano debe ser consciente de que el mundo va a detestar el Evangelio porque ama demasiado sus ídolos.

DOMINGO III DE PASCUA, CICLO B Jesús Resucitado está tan cerca de nosotros y a la vez tan distinto de nosotros; tan cerca y a la vez nos llama a caminar una vida nueva, a la gloria del cielo.

Jesús acompaña las dificultades de nuestro pasado y si lo recibimos en nuestro presente, Él apresura esa meta a la que queremos llegar.

No cambies el Evangelio, acepta la grandeza del milagro, la grandeza del Dios abundante y tu vida cambiará porque aquel que se acoge al Señor nunca quedará defraudado.

La vida cristiana es utilizar bien lo que tienes, pero también aprender a amar y esperar lo que está más allá de ti.

Las consecuencias del pecado del mundo tarde o temprano llegarán a colmar la medida, llevarán a una sentencia definitiva; pero antes de que ésta llegue Dios nos ofrece la salvación en Nuestro Señor Jesucristo.

El nuevo nacimiento es la esencia de la vida cristiana que requiere nuevos aprendizajes; al nacer de nuevo mi palabra, caminar, mirar y obrar tienen un propósito distinto, glorificar a Dios.

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR Jesús se hace participe de la vida humana en el Misterio de la Encarnación para que nosotros participemos de la vida divina gracias a su Resurrección.

DOMINGO II DE PASCUA, CICLO B Solo la Pascua, el paso de Jesucristo en nuestra vida, nos muestra nuestros pecados, los destruye y nos levanta a una vida mejor; creando entre quienes aceptan su mensaje un mismo pensar y un mismo sentir.

Ni rebeldía ni servilismo porque ambos apartan la mirada de lo que es bueno y correcto: la rebeldía se concentra en el propio gusto y criterio, el servilismo se concentra solo en lo mandado. Debemos mirar al bien mayor, al bien real.

Porque Jesús es el Único que ha vencido a la muerte no hay otro nombre por el que podamos ser salvos.

La falta de conocimiento de la Palabra de Dios hace que se desboque la imaginación llevándonos por regiones ajenas del querer del Señor, a creer en un Cristo completamente diferente y desfigurado.