Mariana ha sido bailarina desde que recuerda y profesora desde que era una niña. Cuando llegó la hora de definir su carrera profesional, no lo dudó a pesar del escepticismo de algunos de sus familiares. Hoy tiene a Be Academy, y ha logrado hacer la transición entre un pequeño negocio y una exitosa empresa familiar en la que su ikigai sigue más vivo que nunca.