Description
Había una vez un grupo de ranas que viajaban por el bosque, dos de ellas cayeron en un gran agujero mientras caminaban. El agujero era tan profundo que parecía imposible salir de el. Las demás ranas que les acompañaban en el viaje se acercaron al hoyo y les dijeron que no podrían salir y que debían prepararse para la muerte.
Las dos ranas aunque asustadas no hicieron caso de lo que las de arriba les estaban diciendo y empezaron a saltar con todas sus fuerzas… probablemente nunca habían dado unos saltos así. Aún así por mucho que lo intentaban no conseguían salir del hoyo. Las otras ranas desde arriba no paraban de decirles que era inútil… que nunca conseguirían salir de allí y de nuevo les decían que debían prepararse para morir. Una de las dos ramas escuchando lo que decían las demás se rindió… de repente se desplomó y murió.
La otra rana sin embargo siguió saltando sin cesar, tan fuerte como podía y sin rendirse. El resto de ranas seguía con su discurso sobre aceptar la muerte y le aconsejaban que dejase de sufrir. Pero la rana no solo no se rendía sino que cada vez saltaba mas fuerte, tanto que al final en uno de los saltos consiguió salir del hoyo.
Cuando salió las otras ranas le preguntaron: ¿Por qué no nos hiciste caso y aceptaste la muerte sino que además saltabas más fuerte?
Las rana les explicó que era sorda y que no había escuchado nada de lo que decían… al verlas asomadas al rededor del hoyo pensó que la estaban animando para salir del hoyo.
Muchas veces lo que dicen los demás sobre nosotros o incluso lo que pensamos sobre nosotros mismos influye en nuestro rendiemiento.
«Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto.»