Cuando Dios vio al hombre solo, Dios dijo: “no es bueno” que el hombre esté solo y creó a la mujer para que nunca más estuviera solo. Desde las palabras de Dios mismo, sabemos la gran necesidad que tenemos de conectarnos y establecer relaciones profundas con otros seres humanos. El bienestar de nuestro corazón depende de esto, como nuestro cuerpo depende de la comida y de respirar. Pero existe una emoción que nos impide mantener conexiones verdaderas con otras personas.  Y es la vergüenza. La vergüenza es el temor de que las personas descubran quién soy. En este capítulo aprenderás lo importante que es deshacerse de ella y sus efectos.