Jesús no ha venido a cambiar personas malas en buenas, El ha venido a darle vida a personas muertas. No sé quién es el autor de esta frase, pero es muy cierta. Muchas veces reducimos la experiencia cristiana a “volverse una persona buena” o a “ser salvos del infierno”. Pero la experiencia que enseña la biblia va mucho más allá. Efesios 2 dice que en su resurrección, hemos sido resucitados con él, porque estamos unidos a él. Eso quiere decir que Jesús nos ofrece una nueva vida y un propósito nuevo para vivir. Él crea una nueva identidad en nosotros.