Birmania, o Myanmar, el país del que huyó casi un millón de personas a causa de la violencia contra la minoría musulmana rohinyá, celebra elecciones legislativas el próximo domingo. Serán los segundos comicios relativamente libres desde que se embarcara hace diez años en una transición a la que los militares, que habían gobernado el país con puño de hierro durante cinco decenios, denominaron una "democracia disciplinada". La amplia victoria en los anteriores comicios de 2015 de la Liga Nacional para la Democracia liderada por Aung Suu Kyi -quien ha depositado ya de forma adelantada su voto- creó muchas expectativas fuera y dentro de Birmania para su democratización y apertura. Aunque con un gran apoyo interno, Suu Kyi ha defraudado a gran parte de la comunidad internacional por desentenderse de los apátridas rohinyás.