El desierto es el lugar de intimidad, de encuentro y de diálogo con Dios interrumpido en el jardín del Edén. El desierto es también el lugar del enfrentamiento, de la tentación y de la lucha.
lavar los pies de los discipulos. ¡En Dios, bajar es tocar, servir y amar la vida! Jesús, bajando de la montaña, se encontró con un leproso que se arrodilló ante él para pedirle ayuda.