Ismael el hijo rechazado - Lazos Paternos - camino de sanación - capitulo 7 audiolibro
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En la vida de Abrahán hubo otro momento que no lo honró demasiado: cuando, a
instancias de su esposa Sara, echó fuera
de su casa a su otro hijo, Ismael, junto a
su madre, la esclava Agar (Gn 21, 11-21).
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Cuando mencionamos el rechazo que sufrió Ismael,
no nos estamos refiriendo tanto a una falta de aceptación
que le haya venido desde el vientre materno, sino a un
repudio radical que se dio cuando era niño, un repudio
tal que fue echado de la casa y de la familia. Ahora bien,
tampoco se puede decir que su concepción haya sido la
más sana y armoniosa, pues fue concebido con muchos
condicionamientos: era hijo de una mujer que no era la
esposa de Abrahán, fue buscado como si fuera un objeto, como la última posibilidad, para llenar el vacío que
existía en la familia y heredar los bienes de Abrahán,
puesto que Sara, la esposa legítima, no podía engendrar.
Muy probablemente tantos condicionamientos en su
concepción, durante los meses de desarrollo en el vientre materno y durante su infancia dejaron una fuerte
impronta en la imagen que él tenía de sí mismo y en
los comportamientos que con el pasar de los años fue
desarrollando.
Por otra parte, es de suponer que, dado que era hijo
de una esclava egipcia (Gn 16, 1-6), Ismael cultivara una
profunda rivalidad hacia su hermano Isaac, y por eso Sara habló con Abrahán para pedirle que enviara a Agar y
a su hijo lejos de donde ellos vivían. Seguramente esto
causó en el corazón de Ismael aún más desprecio por
Isaac y agudizó la rivalidad entre los hermanos.
Así pues, podemos creer que toda la agresividad de
Ismael —o al menos la mayor parte de ella— es resultado de las heridas producidas por el hecho de ser un hijo rechazado por su padre y alejado de la casa familiar.
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En efecto, un ángel había profetizado acerca de él: “Más
que un hombre, será un asno salvaje: alzará su mano
contra todos y todos la alzarán contra él, y vivirá enfrentado a todos sus hermanos” (Gn 16, 12). Por lo demás, si
tenemos en cuenta que Agar alimentaba sentimientos
de odio hacia Sara mientras Ismael crecía en su vientre,
esto no debe parecernos extraordinario.
Los estados anímicos de la mujer embarazada y los
sentimientos que se desarrollan en su alma tienen una
influencia directa en sus hormonas y en los neurotransmisores que, llevados por el torrente sanguíneo a través
de la placenta, influyen en el desarrollo afectivo del bebé. Toda forma de tensión prolongada que rodee a la
mujer embarazada le produce estrés y esto lleva a que
el niño se acostumbre a reaccionar con mecanismos de
defensa, que pueden ser de agresividad y combate, cómo en el caso de Ismael, o comportamientos de evasión,
inseguridad y bloqueos.
Por eso, el aporte paterno debe consistir en ayudar en
todo a que la madre durante el embarazo reciba amor,
seguridad y alegría. El padre debe brindar a la mujer
contención, comprensión y apoyo, para que su cuerpo
produzca endorfinas (llamadas por algunos “moléculas
de la felicidad”, que permiten disfrutar de la vida) que
favorecerán a la criatura durante su gestación.
El comienzo de la relación de un padre con su hijo y el vínculo afectivo entre ellos arrancan desde el momento mismo de
la concepción, por lo cual un padre puede hacer un gran bien
a ese futuro hombre o mujer con detalles tan simples como poner
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las manos en el vientre de la madre, hablándole al niño, cantándole, imaginando que juega con él.
En diversos estudios que se han realizado, se ha comprobado que cuando el padre practica esta vinculación
afectiva con su hijo e interactúa con él durante los meses de su desarrollo en el vientre materno, el bebé, al
nacer (y luego con el correr de los meses), reconoce la...
Introducción
Q
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uerido amigo(a), la relación que hayas tenido en el pasado con tu papá ha ejercido a lo largo de toda tu vida —y puede seguir haciéndolo aún hoy— una influencia
positiva o negativa, incluso mucho más de lo que te das
cuenta.
El impacto que ejerció tu padre sobre tu vida se...
Published 01/05/22
Objetivo
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Estos libros tienen una triple direccionalidad. Por una parte, apuntan hacia el pasado, no para juzgar, criticar o condenar,
sino para sanar en el presente las heridas
de antaño. También apuntan al presente, pues son una
herramienta formativa y preventiva para los progenitores...
Published 01/05/22