Testimonio de la primaria - Lazos Paternos - camino de sanación - capitulo 41 audiolibro
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Entre los recuerdos que yo mismo atesoro en
mi memoria y que al evocarlos renuevan en
mi alma el calor alegre de la escuela primaria,
se encuentran el de la señorita Sarita, maestra de primer
grado; el de la señorita Juanita, maestra de segundo; el
recuerdo cálido del maestro de quinto grado, que incluso vino a mi casa el día de mi cumpleaños, se quedó a
la fiesta y, con el libro de Julio Verne que me regaló, fomentó en mí el buen hábito de la lectura, que años más
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tarde me sería útil para el seminario y para esta vocación
de escribir.
Al evocar a estos maestros y los recuerdos amables asociados a ellos, intercedo por estas personas que Dios
puso para bendecirme en algunos momentos del camino de mi vida. La evocación de esas vivencias me ayuda
a que se consolide, fortifique y renueve toda la seguridad y confianza que ellos me brindaron.
En contrapunto a los anteriores maestros, también puedo recordar a la señorita M., que tenía una actitud de marcada diferenciación entre los alumnos y que en más de
una ocasión me humilló ante mis compañeros con palabras y actitudes hirientes.
Muchos años después de haber terminado la primaria,
incluso también secundaria; de hecho, ya era seminarista, sucedió algo muy curioso que relataré a continuación.
En los fines de semana en que mi formador comenzó
a enviarme para colaborar en una parroquia de la ciudad
de Buenos Aires, yo notaba que tenía dificultad para predicar y hablar en público; esto era algo que, si bien no
llegaba a producirme pánico, sí me estresaba en un cierto grado y me exigía vencer muchos miedos y resistencias inconscientes.
Esto era para mí un verdadero problema, ya que gran
parte del ministerio sacerdotal consiste en la predicación.
Entonces hablé con mi director espiritual sobre esta dificultad y él me aconsejó que orara y le pidiera al Espíritu Santo que me hiciera notar la causa y el origen de
ese bloqueo.
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Pienso que la respuesta la comencé a obtener después
de tres meses, cuando en los momentos de oración le preguntaba diariamente y con perseverancia al Señor, hasta
que al fin surgió la respuesta por medio de un recuerdo
que salió a la superficie de mi conciencia y que estaba semienterrado en el pasado y se remontaba a cuarto grado.
Ese año mis padres me habían cambiado de escuela.
El cambio para mí no había sido fácil: llegué con las clases
comenzadas, nuevas aulas, nueva maestra, nuevos compañeros. Pero además sucedió que como yo ya conocía
casi todo lo que esa nueva maestra estaba enseñando, porque ya lo había estudiado en la escuela anterior, cada vez
que ella hacía una pregunta, yo era el primero en levantar la mano y en querer responder con insistencia.
Además tengo que reconocer que de niño yo era bastante inquieto y conversador, de modo que en una ocasión la maestra se enojó y con palabras ofensivas y cargadas de desprecio me humilló delante de mis compañeros.
El Espíritu Santo, al traer a mi memoria consciente ese
recuerdo, me estaba señalando que ese había sido el momento en que en mi inconsciente tomé la decisión de no hablar más en público, para no exponerme a ser humillado.
Desde ese momento habían transcurrido más de quince años. Ahora el Espíritu Santo respondía a mi oración
haciendo salir ese recuerdo a la superficie y haciéndome notar cuál era el motivo por el que no disfrutaba hablar en público y predicar.
Ahora bien, cuando Dios nos muestra una herida, ya nos está ofreciendo el ungüento sanador de su gracia. Por eso, a par221
tir de ese momento comencé mi “tratamiento de sanación”, perdonando en la oración a esa maestra.
A la señorita M. no la había vuelto a ver, no supe nada más de ella desde que terminé la primaria; tampoco
sabía donde vivía, o si aún vivía. Pero por cerca de un
mes oré cada día por...
Introducción
Q
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uerido amigo(a), la relación que hayas tenido en el pasado con tu papá ha ejercido a lo largo de toda tu vida —y puede seguir haciéndolo aún hoy— una influencia
positiva o negativa, incluso mucho más de lo que te das
cuenta.
El impacto que ejerció tu padre sobre tu vida se...
Published 01/05/22
Objetivo
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Estos libros tienen una triple direccionalidad. Por una parte, apuntan hacia el pasado, no para juzgar, criticar o condenar,
sino para sanar en el presente las heridas
de antaño. También apuntan al presente, pues son una
herramienta formativa y preventiva para los progenitores...
Published 01/05/22