Señor Jesús, hoy te pido que así como estuviste de pie ante el sepulcro de Lázaro, también te pongas de pie ante las puertas de mi alma y que con tu amor y autoridad resucites a mi niño interior, que necesita ser abrazado por tu misericordia. Amado Jesús, ahora te doy permiso y total autoridad para que busques en mi historia y en todos los huecos de mi alma y me reveles cualquier indicio de falta de perdón o espíritu de división. Y si hay resentimiento o amargura, entonces muéstramelo y ayúdame a liberarme. Dios de misericordia, hoy clamo por tu ayuda, para que yo pueda recibir la gracia de perdonar y bendecir a quienes me hirieron a lo largo de los años. 264 Si en mí han anidado la amargura, el enojo, el resentimiento o la envida, entonces libérame, sáname y transfórmame en un hombre (mujer) constructor de puentes de perdón, de diálogo, de encuentro, de reconciliación y de renovada fraternidad. Te suplico, Señor, que me ayudes a mantenerme libre de malos sentimientos, y que ante la menor señal de contaminación interior, yo pueda darme cuenta de que están allí, para expulsar de mi ser todo lo negativo, por medio de la fuerza de la oración, los sacramentos, el ayuno y los buenos propósitos hechos realidad. Padre Dios, hazme comprender y gustar profundamente tu permanente perdón hacia mí, para que yo también pueda perdonar las faltas de los demás, siendo que nadie puede ofenderme a mí más de lo que te ofendieron e hirieron a ti, a tu Hijo Jesús y al Espíritu Santo. Tú conoces, Señor, mi vida entera y estás al tanto de cada acontecimiento que me lastimó. Hoy renuncio a adjetivar a los otros, a querer condenarlos y a ponerme en el lugar de juez, reconociendo, Padre, que sólo a ti te corresponde juzgar. Perdono, Padre, a quienes creen que tienen la razón de lo que han dicho o de lo que han hecho en contra de mí y de mis seres queridos. Los perdono, a pesar de que ellos nunca hayan pedido perdón, y en oración los pongo entre tus manos. 265 Tú, Señor, sabes ocuparte de cada situación, y por eso apelo a tu justicia, que siempre brilla y que ha de llegar en el modo y en el momento propicios. Padre amado, quiero perdonar a mis padres por cualquier dolor que me hayan ocasionado. Decido perdonarlos completamente y bendecirlos. También perdono a mis hermanos por cualquier cosa que hayan hecho y con la cual me hayan perjudicado. Los perdono y los bendigo. Padre, también pongo delante de ti las situaciones de conflicto con otros familiares, parientes, amigos y compañeros, y te ruego que derribes toda muralla de alejamiento, distancia y dolor que se haya levantado entre nosotros, y que podamos perdonarnos los unos a los otros. Padre, suplico una vez más que la falta de perdón nunca se aloje en mí ni en los integrantes de mi familia, de mi comunidad, ni de ningún espacio de la sociedad. También, Señor, te pido que me ayudes a perdonarme a mí mismo por todos los errores cometidos en el pasado. Señor, ayúdame a no condenarme, a no culparme y a entender que las cosas antiguas ya pasaron. Libérame de todo sentimiento de autocondenación, de culpa y de tormento, y que pueda entregarte todo mi pasado para seguir hacia adelante con paz, hacia la meta que tú tienes para mí. 266 También te pido, Señor, por aquellas personas que tienen falta de perdón y enojo hacia mí, suaviza sus corazones y que reciban de ti el impulso para perdonarme sinceramente. Muéstrame si debo hacer algo para resolver esta situación y crea el momento propicio para una reconciliación. Señor, hoy también me arrepiento y te pido perdón si alguna vez he...