Todo en la vida tiene su comienzo, pero también su final. Lo difícil es ser capaz de verlo y, además, aceptarlo. “Cita con la Noche” es un proyecto que empezó hace ya 20 años en las ondas de una radio muy local, pero con mucha fuerza y ganas de sacarlo adelante. Ese mismo empuje ha pervivido durante mucho tiempo, gracias al apoyo y energía que he ido recibiendo por parte de quienes habéis formado parte de la comunidad de oyentes del programa. Por eso mismo, en primer lugar, quiero daros las gracias. Gracias, sobre todo, a la primera persona que conocí y que tanto me ha animado: Raúl. Gracias, también, a Montse, a quien también conocí en persona y que me devolvió la ilusión por seguir compartiendo la vida que encierra el espacio “Cita con la Noche”. Y gracias, también, a quienes integráis la comunidad del grupo de Telegram, especialmente Diego, Patri, Rosalía, Kike, Miriam,… y tantos y tantos que en estos años habéis estado tan cerca y con tanta paciencia. Es verdad que me he despedido en varias ocasiones, creyendo que ya había terminado; ha sido vuestro empuje, constancia y presencia lo que me ha hecho continuar. Y, sobre todo, que por nada del mundo quería fallaros. Pero ahora no quiero fallarme a mí mismo: no puedo continuar en algo en lo que no me involucro y que, al fin y al cabo, ya no es tan auténtico ni tan comprometido con la vida misma. Es una decisión tomada no desde el corazón (ése todavía me sigue reclamando que continúe), sino con la cabeza, con el pensamiento de no defraudaros ni defraudarme. Qué duda cabe de que es un vacío dificilísimo de llenar, pero si hay algo que siempre he valorado por encima de todo es la autenticidad: hace ya un cierto tiempo que me ha abandonado. Lo mismo que la ilusión. Siento que no tengo más que ofrecer ni ofrecerme. Por eso sé que este camino ya se ha terminado. Os deseo lo mejor para vuestras vidas, que son únicas y, por tanto, irrepetibles. Y, como escuché en algún lado,… ¡nos veremos en el camino!