Este 2023 te invito a prometerte cosas más reales, más tuyas, más personales y menos genéricas. A prometerte vivir aquí y ahora, creando, viviendo, sintiendo, experimentando, creciendo, expandiéndonos. Este año tómate el tiempo de hacer “check in” contigo mismo todos los días. Pregúntate cómo te sientes o te sentiste en las situaciones que pasaron ese día, cómo puedes sentirte mejor, hacerte más feliz, comunicarte de mejor manera. Porque es a través de la reflexión diaria la única manera que tenemos de APRENDER de nosotros mismos, y es aprendiendo como reforzamos la confianza y el amor que nos tenemos. Esa confianza y ese amor que sin importar la situación o la circunstancia seremos capaces de sentirnos seguros de ser nosotros mismos y tomar esas decisiones que nos acerquen un poco más a nuestra versión más grande y más plena. Porque es cuando tomamos un rol activo en el cuidado de nosotros mismos, cuando ponemos como prioridad nuestro bienestar (recordando que bien estar es, como su nombre lo dice: estar bien con nosotros mismos, en mente, en cuerpo y en espíritu) cuando intencionamos realmente el tipo de energía que queremos recibir en el mundo. Podemos filtrar nuestras experiencias a través del lente de lo que SABEMOS que va a sumar a nuestra felicidad, crecimiento y realización personal; y no, con ponernos como prioridad no me refiero a que seamos egoístas con los demás, pero sí un recordatorio de que nuestro interior siempre será el canal hacía lo que reflejamos en el exterior, y que si no estamos bien con nosotros mismos, no existe manera alguna de que podamos estar bien con los demás. No podemos dar ni pedir, algo que no tenemos por nosotros mismos. Que este año esté lleno de eso, de curiosidad y valentía, curiosidad de aprender todos los días de nosotros mismos y la valentía de ser vulnerables en ese conomiento, en aceptar lo que hay, lo que no hay y lo que habrá. La vulnerabilidad de reconocer nuestro pasado para ser capaces, de no repetir nuestras historias, únicamente mejorarlas.