Quien no haya estado a dieta alguna vez que levante la mano. Unos lo habrán hecho por salud. Bien está. Otros por agradar más. Bien está también. De cualquiera de las maneras, hace años que vivimos instaurados en la llamada "cultura de la dieta".
Una noticia de periódico avisa de que "los precios y la incertidumbre hunden el consumo". No es la noticia que necesitamos. Sin consumo no hay producción y sin producción no hay empleo ni dinero para consumir. Es como la pescadilla que se muerde la cola.
He oído decir que existe una encuesta nacional (en Norteamérica) sobre 'la ira del cliente' para medir el grado, no sólo de insatisfacción, sino de cabreo, de ira. Y los resultados no son nada halagüeños, créanme.