En este museo delicado y muy muy didáctico pudimos entender mejor la vida de las mujeres vietnamitas. Desde cómo se casaban en todas las etnias del país, sus rituales y sus códigos; hasta la vida actual de quienes pueblan sus calles. Una de las salas estaba dedicada a la madre diosa, una religión que muchas personas practican y que llamó especialmente nuestra atención. Se trata de una religión indígena que combina elementos del Taoísmo con elementos del Budismo. Se encarna y venera a la madre diosa, que se representa en todas las deidades femeninas de los ríos, los cielos, las montañas o los bosques. En los encuentros religiosos, quienes representan a la deidad se visten de bosque o río (o el elemento que representen) y danzan de forma expresiva cerca de quienes han asistido a venerar a la madre diosa. Esta creencia contribuye a poner en un lugar preeminente a la mujer vietnamita y todo lo que significa.