Las tardes de Hanoi nos dieron para mucha charla. Siempre decimos que cuando podemos relacionarnos con las personas del país en el viaje, el viaje adquiere entidad y sentido. Podemos entender mejor los significados y las costumbres. La chica vietnamita tenía su propio negocio, estaba separada y tenía dos hijos. Nos contaba muchas cosas de la comida y de cómo era la sociedad vietnamita desde su perspectiva. Tenía amistad con el señor de origen Indio desde hacía tiempo. Por su parte, el señor de origen Indio nos cocinó comida india deliciosa y el día que llegamos nos regaló una charla muy bonita en la que nos contó la historia de su abuelo. Él había aprendido a ser solidario como forma de honrar a su abuelo, quien había dedicado buena parte de su vida a alojar viajeros y personas que lo necesitaban. Seguramente gracias a un señor Indio que vivió hace unos 100 años nosotras pudimos disfrutar de Hanoi de una forma muy especial. Cosas que pasan.