En el fondo del mar Báltico abundan antiguos naufragios repletos de combustible. Sin embargo, nadie asume la responsabilidad de estas auténticas bombas de relojería.
Un lugar del Treviso ofrece más de 40 vehículos de feria que el usuario puede poner en marcha por sí mismo, construidos por Bruno Ferrin, hoy ya de 85 años.