Durante 36 años, el consultorio de Elena Francis fue el arquetipo de los llamados programas femeninos. Se convirtió en un fenómeno social. Llegó a recibir más de 20.000 cartas al mes. Fue el producto de la estrategia de marketing de un instituto de belleza, pero ese personaje irreal consiguió que miles de oyentes le contaran lo que no se habían atrevido a confesar a nadie más. Elena Francis legitimaba en sus respuestas el modelo tradicional de mujer, propia de un régimen patriarcal como el franquista. Por eso no supo adaptarse a la realidad social de la España democrática. Aquel paso cambiado la llevó a su desaparición. Escuchar audio