«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a voz en grito, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» (Lc 1, 39-42)

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; el nombre de la virgen era María» (Lc 1,26-27).

Los misterios gozosos del ciclo inicial de la vida de Jesús resaltan la alegría de su venida al mundo, desde la anunciación hasta su nacimiento en Belén. Sin embargo, incluso en medio de la alegría, hay indicios de los desafíos que enfrentará, como se muestra en la profecía de Simeón sobre la espada que atravesará el corazón de María. A medida que Jesús crece, su sabiduría divina provoca preguntas y desconcierto, anticipando la radicalidad del Reino de Dios. Meditar sobre estos misterios nos...