La Mediación es un mecanismo autocompositivo; es un tema que se subestima porque, en la medida en que las personas desarrollen esa capacidad, es muy probable que tengamos sociedades más pacíficas. Por eso es tan importante. El error en muchos países se instaura en que el foco esta en los adultos, cuando debería enfocarse con mucha más intensidad y multiplicación los programas en mediación escolar. A un adulto no se le cambia el 'chip' en cuanto a cómo maneja el conflicto. Se aprendió a manejar conflictos adoptando una actitud fuerte y aguerrida, casi prepotente; el aprendizaje era que 'el que pega primero pega dos veces'. Esto es lo que tenemos arraigado y, en consecuencia, solo se conoce una forma de resolver conflictos: la que se nos ocurre a nosotros y no la que considera al otro. Esto es violento. Vivimos inmersos en adversidad.