La moscovita Sofía Kovalevskaya (1950/1891), muestra desde niña una gran inclinación hacia las matemáticas. Para poder estudiar fuera de Rusia, contrae un matrimonio de conveniencia con solo 18 años. Viaja a París y después Alemania, donde se convierte en la primera mujer estudiante de la Universidad de Heilderberg. Se doctora en Gotinga, en 1874. En paralelo, escribe artículos de prensa, en los que difunde los avances técnicos y científicos y publica una novela y varios ensayos. En Suecia logra ejercer como profesora universitaria y, trás recibir el premio Bordin de la Academia de Ciencias Francesa, logra el hito de ser la primera catedrática de universidad europea, situándose entre la élite matemática del siglo XIX.