Las aguas residuales suponen un peligro para los ecosistemas, pero bien tratadas pueden convertirse en fuentes de vida formando humedales artificiales que ayuden a recuperar la naturaleza tras sequías o inundaciones, eventos cada vez más frecuentes por el cambio climático. Es algo que ya se está probando en la localidad valenciana de Carrícola y en Puçol y que está dando buenos resultados. Si escuchas te lo cuento...