La pureza viene de Dios, en nosotros no hay capacidad para vivir en pureza. Así como el campo de batalla de los pensamientos es la mente, el campo de batalla de la pureza es el corazón.
Perseverar es lo que hace a una familia inquebrantable. Perseverancia es: persistir, permanecer, y continuar firmemente en una cosa, y dándole cuidado constante a ella.
¿Qué te parece si hoy le ofrecemos a Jesús de nuestra vida todo lo que no ha funcionado en nuestras capacidades y que en sus manos puede ser útil para sus propósitos y para su gloria?