La toracoscopia nos sigue resultando una técnica extraña. No hace mucho pregunté a un amigo, diplomado europeo en cirugía, en una de sus charlas sobre timomas, porque no usaba más la toracoscopia para el diagnóstico de esa patología, sobre todo cuando ni siquiera el tac ayudaba, su respuesta fue reveladora...”porque no nos han enseñado la técnica”. ¡¡Pues hay que usarla!!! Dentro del tórax, la pericardiectomía, es el procedimiento que realizamos con más frecuencia, y los resultados son espectaculares, sobre todo en los derrames pericárdiacos idiopáticos. Y por supuesto lo mejor el postoperatorio para el paciente. La otra técnica de la que os hablo hoy, la colecistectomía por lparoscopia es una cirugía de elección en el caso de la medicina humana, de echo, un médico con el que compartí un curso recientemente, me decía, exagerando un poquito, que ya no se explica ese procedimiento en cirugía abierta. En veterinaria es otra historia. El porcentaje de pacientes, con un mal desenlace, cuando la colecistectomia no es electiva, es decir cuando hay que hacerla si o si, es alto, un 20% en la literatura. Aun así hay que recomendarla sobre todo en mucoceles. Así lo conté en mis ultimas intervenciones como ponente en el Ccmijju de Cáceres, en el curso de cirugía laparoscopica y toracoscopia de este mes de Noviembre y así lo comparto en este capítulo. ¡Que lo disfrutéis!