En el episodio anterior hablábamos de cómo el enemigo hizo que existiera una separación en Romanos 8: 33-35 nos habla de 3 pasos fáciles en contra de nosotros que el enemigo utiliza para lograr esta separación 1. Acusa 2. Condena 3. Separa Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí. 2 Reyes 4:10. Este es un matrimonio hablando ellos entendía de que cada vez que el profeta llegaba pasaba algo en la casa, pasaban milagros, multiplicación, eran liberados de deudas, etc. En el verso 18 al 37 el profeta resucita al hijo pero, esta figura que veremos enriquecerá la historia. Previo esto vemos una generación que quiso hacer cosas permanentes en su casa, sin importar el gasto, dijeron hagamos un cuarto, pongamos paredes donde no hay, esto significa pongamos límites donde no hayan perdido, derribemos paredes que siempre han estado ahí, para que la bendición no sea momentánea. En cada familia siempre hay una generación que hace un alto a toda la manera de vivir de mucha gente y dados ¡No más! y dicen ¡Sirvamos al Señor con todo! Si había divorcio previo, ¡se acabó! si había pobreza ¡se acabó! si habían vicios ¡se acabaron! si habian hombres mujeriegos en mi familia yo voy a hacer un hombre de una sola mujer. Fruto del esfuerzo de este matrimonio se le concede tener un hijo que habla de una generación no normal sino una generación con promesa y en la historia narra que este muchacho está muriendo por un dolor de cabeza y en figura esta es la aplicación que les quiero dar : veo una generación que ahora está amenazando con morir, diciendo: ¡mi cabeza, mi cabeza! es decir tengo conflictos en mi mentalidad tal vez puedo decir que no pertenezco a esta casa, no solo por qué mis papás van tanto a la iglesia, mis papás son ancianos y yo descuidaron, pero ellos no saben la historia para que lleguen ahi, para que iban a una familia estable o mejor aún para que iban a esa generación que comienza sin maldición.