La serie de el Coloso Esmeralda alcanzó su punto álgido a caballo de los 80 y los 90 gracias a la pluma de Peter David. Con su serie convertida en una de las más vendidas de Marvel y con la aclamación unánime de la crítica, David recibió el encargo de la editora Bobbie Chase de mandar al futuro a Hulk en su versión de El Profesor, un futuro en el que le esperaba su peor enemigo… él mismo. El Maestro demostró en Hulk Futuro Imperfecto la falsedad de que mejoramos con los años, aunque a él no le ha ido mal treinta años después de su creación y sigue apareciendo en miniseries y proyectos especiales, tal es el carisma de un villano que no hubiese sido posible sin la caracterización de David y los dibujos de George Pérez. Mientras que la carrera de Peter David estaba en su mejor momento, no podía decirse lo mismo de la del artista del Bronx, cuya confianza en sí mismo reflejaba la poca confianza que la industria tenía en él tras abandonar proyectos como El guantelete del infinito y fracasar con otros como La guerra de los dioses para DC. Pérez quiso darlo todo en esta miniserie de dos Prestigios y lo hizo a su manera, dibujando multitudes en futuros distópicos, y demostrando una vez más un profundo conocimiento del Universo Marvel y sus personajes. Hasta tal punto llegó su implicación que incluso asumió el entintado de la miniserie. El resultado es una historia cuyos ecos han perdurado a lo largo de las décadas y que marca un hito en las carreras de sus autores.