Si yo fuera Guillermo Moreno recojo los corotos, despego los afiches suelto el caravaneo y me voy para mi casa porque en política entender el momento es vital y frente a Omar Fernández el no tiene nada que buscar porque Fernandez dice que es el candidato de Dios. Quienes nos consideramos creyentes entendemos que Dios es el último de los tribunales. Frente a Dios no hay corte de apelación y no hay posibilidad alguna de enfrentar sus deseos. Anoche leí este titular y esta madrugada fui a buscarlo en los diarios y no lo encontré. Como es natural en casos así supuse que me lo soñé. Pero un amigo que me manda cosas me refirió antes de las cinco de la mañana la declaración del candidato a senador donde se declara el candidato de Dios. En un tono explicativo heredado de papá, Fernández junior indica que la mayoría de los capitaleños le favorece pero, sobre toda esa gente está Dios, que está decidido por él. No importa que el presidente se sume a la campaña de Guillermo Moreno porque Dios está con él y no tengo que decir que papeleta mata a menudo. Ninguno de nosotros puede interferir con la decisión divina, ni siquiera cuestionar el porqué de la opción del altísimo. La Biblia empieza con decisiones sin explicación: Caín sobre Abel, Jacob sobre Esaú. Dios escogió a Moisés para guiar a su pueblo pero no le permitió entrar en él. Por algo es Dios y sus decisiones son incuestionables. A Guillermo Moreno simplemente que recoja.