Hoy quiero hablar de mi padre, el destino ha querido que se fuera el 3 de junio, veintidós meses después que nos dejará Ana, mi madre y la compañera que ha recorrido junto a él, el camino de la vida, camino que como para la mayoría de las personas nunca fue fácil y nunca fue recto, pero que lo hizo con fuerza, con esa fuerza y alegría que nos ha mostrado hasta el final, con esa fuerza que nos sorprendía aún a pesar de estar sufriendo y pasando, tu enfermedad que te ponía contra la pared, te preguntábamos cómo estabas y tú nos mirabas, mostrabas tu sonrisa y aunque fuese con tan solo un hilo de voz decías, “bien, estoy bien”. Hoy necesito hablar de ti, intentaré expresar con palabras y silencios lo que tú hiciste con hechos, expresar todo el amor, todo el sentimiento, toda tu bondad, tu generosidad y toda la emoción que nos regalaste siempre. Noble, hombre sencillo, trabajador, amigo de sus amigos, leal, hospitalario, cabezota y con ese genio “explosivo” que tal como llegaba pasaba, pero, sobre todo, un hombre con un gran corazón lleno de sensibilidad. Hoy quiero rendir tributo no únicamente a mis padres, quiero rendir tributo a toda una generación de personas que en momentos y circunstancias muy difíciles lucharon por la vida, lucharon por un futuro