Me acuerdo de esas noches cuando volvía a la casa de mis viejos, re en pedo y sola después del boliche y me masturbaba probando una y otra vez el modo vibrador de mi celular, el de la viborita, ¿te acordás?.

Mamá soy puta es una manera de protesta a la crianza sexual culposa. DoEnde se esconde el placer y el disfrute es un secreto que no podemos contarle a nadie.

Le tengo miedo al paso del tiempo.

Soy para ellos imperceptible, es en vano tratar de que alguien pueda verme. Ni siquiera vos podes hacerlo.

Vivir era tirarse hacia la nada y reinventarse todos los días por la mañana.

Todos somos restos de sueños sin cumplir.

Yo soy la que verdaderamente soy, cuando otro seres habitan dentro mío.

Me calienta mi cuerpo desnudo en el espejo. cogería conmigo todos los días todo el tiempo.

Cogeme el cerebro.

Mi gato hace cinco días que no come, la misma cantidad de días que yo no me saco el piyama.

Su vida había sido una larga serie de silenciosas partidas, y esta sería la última.

Muchos de los que están leyendo creerán que Amalia, solo por el hecho de ser amante no es feliz o que la pasa mal. No mis queridos lectores, muy por el contrario, Amalia esta chocha con Oscar. Jamás se hicieron promesas y se dijeron palabras de amor. Solo se dedican hace diez años a tener orgasmos y cumplir fantasías.

Soy un maxikiosco

Y sé que, aunque aún se tome el desayuno por la mañana sus ganas de morir siguen intactas.

Enfrentame, así puedo decirte que estoy acá porque me importas.

Queda un holograma de mí en algunos lugares donde aún no me puedo ir.

¿Nunca se preguntaron porque las mujeres tenemos que “arreglarnos para salir a un bar?

Mi ser choca entre dos fuerzas bien definidas, mi aspecto lógico, racional y argumentativo el cual elimina todo pensamiento divagatorio contra un ser que a veces sale a flote, un aspecto lúdico y ligero en el cual me imagino despojada de todo, abierta al mundo y a todo lo que hay en él.

La metamorfosis de nuestras decisiones.

¿Fuiste testigo de algún otro ritual perdido?

Te hablo en mis sueños por miedo de decir lo que siento.

Me entrego a la vida sin mapas ni brújulas, con la boca desnuda de ruido. Despojada de pasado y futuro...respiro.

Aquel tristemente feliz, primer último beso que nunca pudimos darnos.

Como esa mariposa que se posa en tu libro y se va.