Harry ha acompañado a Anna a la residencia para la tercera edad en la que trabaja su madre. El reencuentro entre las dos mujeres lo sigue espiando tras la puerta, hasta que una anciana le demanda cuidados.
Harry ha reconocido finalmente sus errores. Avergonzado, le pide disculpas a Julia. Está dispuesto a vivir atrapado en el tiempo… sin ella. Pero, ¿qué opina Julia sobre eso?
Harry no entiende a Julia. Desesperado, acaba sincerándose con su amiga Bárbara. Le cuenta lo sucedido durante las vacaciones. Mientras lo hace se le ocurre dónde podría estar el error.