La visita al Pantano de los Sacrificios no transcurre muy bien. Harry se queda atrapado en el lodo y descubren que allí no hay ningún oráculo. Pero ellos están seguros: la ciénaga tiene que esconder alguna pista.
Harry ha reconocido finalmente sus errores. Avergonzado, le pide disculpas a Julia. Está dispuesto a vivir atrapado en el tiempo… sin ella. Pero, ¿qué opina Julia sobre eso?
Harry no entiende a Julia. Desesperado, acaba sincerándose con su amiga Bárbara. Le cuenta lo sucedido durante las vacaciones. Mientras lo hace se le ocurre dónde podría estar el error.