A Glenda León le interesa saber cómo suenan las montañas, el latido de las venas o el zumbido de las abejas. Seguramente su origen cubano influyó en su pasión por el sonido y la música, por la respiración profunda y el silencio. Además de fotografía, explora los caminos de la performance, el vídeo, la instalación o el dibujo. Para cada medio, tiene su lenguaje, y una mirada sensible hacia los objetos cotidianos. En su obra está lo grande y lo pequeño, el cielo, las flores, las nubes. La física, la poesía y la religión.