En los 90 el fútbol era diferente. Igual porque la nostalgia nos hace pensar en él con un cariño especial. En los 90 nacías en un equipo porque así lo imponían tu padre y abuelo. En los 90 los jugadores eran enjutos, no existían las líneas de rendimiento y todo tu mundo se paraba en el momento en el que abrías un nuevo sobre de cromos de fútbol. Recordamos algunos de los mejores momentos, jugadores y anécdotas a través de: Nostalgia. El poeta Luis García Montero lee un poema de Leopoldo de...

En los 90 el fútbol era diferente. Igual porque la nostalgia nos hace pensar en él con un cariño especial. En los 90 nacías en un equipo porque así lo imponían tu padre y abuelo. En los 90 los jugadores eran enjutos, no existían las líneas de rendimiento y todo tu mundo se paraba en el momento en el que abrías un nuevo sobre de cromos de fútbol. Recordamos algunos de los mejores momentos, jugadores y anécdotas a través de: Nostalgia. El poeta Luis García Montero lee un poema de Leopoldo de...

En los 90 el fútbol era diferente. Igual porque la nostalgia nos hace pensar en él con un cariño especial. En los 90 nacías en un equipo porque así lo imponían tu padre y abuelo. En los 90 los jugadores eran enjutos, no existían las líneas de rendimiento y todo tu mundo se paraba en el momento en el que abrías un nuevo sobre de cromos de fútbol. Recordamos algunos de los mejores momentos, jugadores y anécdotas a través de: Nostalgia. El poeta Luis García Montero lee un poema de Leopoldo de...

Antes de la madurez no hay reglas, normas o dogmas. Es un fútbol sin piscinazos ni declaraciones tras cada partido. Los intercambios de camiseta se hacen con admiración y no con miradas de soslayo. No hay nada más que el césped. Después, la inocencia se cuela por los huecos de la red y todo comienza a complicarse… siempre un poco más. Esta infancia, se escapa de su tiempo para verterse por las arterias de Líbero y las venas de Podium. Nostalgia, donde el poeta Luis García Montero recuerda...

Antes de la madurez no hay reglas, normas o dogmas. Es un fútbol sin piscinazos ni declaraciones tras cada partido. Los intercambios de camiseta se hacen con admiración y no con miradas de soslayo. No hay nada más que el césped. Después, la inocencia se cuela por los huecos de la red y todo comienza a complicarse… siempre un poco más. Esta infancia, se escapa de su tiempo para verterse por las arterias de Líbero y las venas de Podium. Nostalgia, donde el poeta Luis García Montero recuerda...

Antes de la madurez no hay reglas, normas o dogmas. Es un fútbol sin piscinazos ni declaraciones tras cada partido. Los intercambios de camiseta se hacen con admiración y no con miradas de soslayo. No hay nada más que el césped. Después, la inocencia se cuela por los huecos de la red y todo comienza a complicarse… siempre un poco más. Esta infancia, se escapa de su tiempo para verterse por las arterias de Líbero y las venas de Podium. Nostalgia, donde el poeta Luis García Montero recuerda...

Silbidos, gritos de guerra, el césped que se desprende bajo las botas, el balón que impacta contra un poste, un suspiro, un cántico en las gradas del fondo, el silbato del árbitro. El fútbol está lleno de músicas cercanas. Por eso, la revista Líbero y Podium Podcast tendían a unirse... irremediablemente.

Silbidos, gritos de guerra, el césped que se desprende bajo las botas, el balón que impacta contra un poste, un suspiro, un cántico en las gradas del fondo, el silbato del árbitro. El fútbol está lleno de músicas cercanas. Por eso, la revista Líbero y Podium Podcast tendían a unirse... irremediablemente.

Silbidos, gritos de guerra, el césped que se desprende bajo las botas, el balón que impacta contra un poste, un suspiro, un cántico en las gradas del fondo, el silbato del árbitro. El fútbol está lleno de músicas cercanas. Por eso, la revista Líbero y Podium Podcast tendían a unirse... irremediablemente.