Todo aquello que tenía la intención de alejarnos y separarnos de Dios, en sus manos se convierte en una herramienta, para acercarnos más a él y transformarnos más como él.

Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (San Juan 8:31-32).

La pureza viene de Dios, en nosotros no hay capacidad para vivir en pureza. Así como el campo de batalla de los pensamientos es la mente, el campo de batalla de la pureza es el corazón.

En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron (Sal. 9:10)

Dios se ha revelado como Dios de generaciones. Cuando él hace un pacto con un hombre, lo hace también con los descendientes o las generaciones del hombre con quien él hizo pacto.

Nos volvemos apasionados por Dios y su reino, teniendo un encuentro con él; exponiéndonos con intención a él. Reconociendo nuestra necesidad de él.

Existe una condición del corazón que si no se examina, apaga la pasión por Dios e impide llevarla a una mayor intensidad. La Biblia llama a ese mal un corazón endurecido.

Laodicea, era autocomplaciente, carecía de pasión, compromiso y santidad. Como muchas iglesias de hoy, era correcta, pero sin conciencia del Señorío de Cristo.

Celo es afecto, atención, dedicación, entusiasmo, pasión, devoción y cuidado ferviente por alguien. Esto describe la viva pasión del creyente por Dios y su reino. 

Vive tranquilo, descansa en la fidelidad de Dios. Deleitarse en Dios es el secreto del contentamiento y madurez cristianos. Si te deleitas en él, tus anhelos estarán acordes a su voluntad y él los concederá.

La vida cristiana siempre está determinada por una guerra entre el reino del yo y el reino de Dios que se pelea en el campo de tu corazón.

Dios espera que le ofrezca mis atenciones, mis energías, mis afectos, mis recursos, mi tiempo, mi prioridad, mi concentración.

Para el Israel bíblico y los creyentes de hoy el concepto de “primicias” significa poner al Señor en el primer lugar en cada aspecto de la vida.

Dios nos quiere dar el regalo más gratuito, más hermoso, y más duradero que cualquier otro: a Jesucristo el Salvador.

Nuestros hijos son un préstamo temporal con el propósito de que los amemos y establezcamos en ellos un fundamento de valores sobre los cuales edificarán su vida futura.

Cuando la tentación llega, usted necesita mantener la perspectiva de Jesús y recordar que su tesoro más valioso es su relación con Dios.

Cuando recibe su identidad de Dios, usted puede permanecer sano sin importar lo que suceda en su vida.

El lugar más seguro para estar es dentro de la voluntad de Dios, aun si eso fuera en un desierto. Es mejor tener al Espíritu Santo y nada más; que tener todo, pero no al Espíritu Santo.

Sin la voz de Dios nos perdemos, nos confundimos y nos desviamos. Es sumamente vital escuchar la voz de Dios en nuestras vidas. En este episodio, identificaremos los obstáculos que nos impiden escuchar la voz de Dios.

¿Qué nos impide cumplir consistentemente nuestra resolución? Jesús dijo: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mt. 6:21).

No te des por vencido. No permitas que tu mente se dé por vencida. No permitas que tu corazón se dé por vencido. No permitas que tus esperanzas se den por vencidas.

Hay muchas cosas en el mundo que compiten por el amor de nuestro corazón que nos impiden cumplir consistentemente la resolución de nuestro corazón de amar a Dios, servirle, seguirle, obedecerle y agradarle. 

Para ver el plan de Dios, primero, desecha las mentiras del diablo, reemplázalas con la verdad de Dios. Segundo, renueva tu mente. Tercero, cambia tu perspectiva.

Den gracias al Señor, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia.

Los salmos inician abordando el tema del alma, describiendo un alma turbada y termina con una exhortación para que el alma bendiga a Dios.